Por no hablar con franqueza y por no externar los sentimientos cuando los sentimos en el pecho, llegamos a situaciones no deseadas y complejas.
Siempre juzgando a los demás, siempre atacando a los pensamientos de los otros como si sólo existiera el lado malo de los demás y el nuestro nunca se hace notar en esos momentos.
Entonces, me doy cuenta que de nada sirve regresar el tiempo para externar los sentimientos guardados que no se hicieron saber, porque eso no existe, no puedes regresarlo; ni tampoco puedes hacerlo en un futuro porque eso tampoco existe, el primero ya pasó para no volver y el otro no ha llegado ni se sabe si llegará.
Tengo mi presente y mi fe puesta en que podré hacer esto hoy y decirle todo lo que siento ahora, pero el problema es que no está, y entonces busco antes de que acabe el día de hoy, algo que me ayude a sacarlo y no guardarmelo.
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